Desde la destrucción de Berlín durante la Segunda Guerra Mundial y después tras la caída del Muro, la capital alemana se ha venido reinventando así misma creando una colección de arquitectura única en el mundo a la vez que ha reconstruido antiguos palacios reales, catedrales y museos. Berlín es una de las ciudades más extensas de Europa, por lo que recorrerla en bicicleta es la mejor forma de apreciar sus joyas arquitectónicas.
Texto: Redacción ALTUM
Las bicicletas cada vez toman mayor relevancia en todas las ciudades, y Berlín no es la excepción. El recorrido que proponemos es toda una experiencia que se disfruta con los cinco sentidos. Iniciamos nuestra ruta de la mano de Antonio Castello un fotógrafo y guía colombiano, casado con alemana y residente en esta metrópoli, que se ha ido especializando en recorridos temáticos en bice por esta urbe.
Comenzamos en Alexanderplatz. Esta plaza no solo es el mejor ejemplo de cómo el diseño soviético se tomó la capital alemana durante la Guerra Fría, sino también un punto central de la ciudad donde encontramos diferentes bicicletas para alquilar un par de horas.

Coronado por la Torre de TV (Fernsehturm) Alexanderplatz es el símbolo de la Alemania del este. La torre concebida en 1965 y terminada en 1969 por el gobierno de la Republica Democrática de Alemania (RDA), fue creada como un icono del poder soviético en la ciudad. Hoy se mantiene como un símbolo de Berlín, y con 368 metros de altura incluida su antena, es el edifico más alto de la Unión Europea.
Continuamos por la orilla de Río Spree hasta alcanzar la Embajada Holandesa. Ganadora del premio de arquitectura “Mies van de Rohe” en 2004 y diseñada por el arquitecto holandés Rem Koolhaas. La embajada se extiende como un edificio solitario que integra diseño moderno a las antiguas reglas y estilos de construcción y planificación impuestas por la corona desde el Siglo XIX y más tarde por el gobierno socialista. Su fachada está cubierta por cubos individuales y diagonales que crean un sistema de ventilación en el cual se unen diseño y funcionalidad.

No muy lejos de allí se encuentra la frontera con el antiguo muro de Berlín, continuamos hasta cruzar al lado Occidental de la ciudad y en pocos minutos visitaremos el Museo Judío. Famoso por sus ángulos extremos y su diseño brutalista, el museo cuenta la historia de la comunidad judía en Alemania y las atrocidades que sufrieron durante la guerra.

Desde el museo llegamos en pocos minutos a Postdamer Platz. En los años 20 Postdamer era el centro de la ciudad, un lugar no solo para ir de compras o visitar sus cafés, sino también famoso por sus locales nocturnos donde el Jazz y el Cabaret dieron vida a una nueva sociedad que celebraba el final de la Primera Guerra Mundial, y el nuevo gobierno libre y democrático. Por primera vez en Alemania no había un rey y este era el mejor lugar para celebrarlo y “levantarse las faldas”.

Tras la destrucción de la ciudad en 1945 y durante más 30 años esta zona perteneció a los confines y paredes impenetrables del muro de Berlín. Hoy gracias a muchos años de trabajo y el diseño arquitectónico del italiano Renzo Piano la zona, un gran complejo de edificios, ha retomado su antiguo espíritu y se ha convertido en eje comercial de la capital donde se encuentran las tiendas, los cines, el buen comer y los hoteles de 5 estrellas.
A pocos metros de Postdamer Platz se levantan dos de los más espectaculares monumentos de la ciudad: La Filarmónica y La Biblioteca Nacional.
Diseñados por Hans Scharoun al final de los años 60, y mejor conocido como “Kulturforum” o Foro Cultural, los edificios son la respuesta a una falta de oferta cultural en Berlín Occidental cuando la creación del muro separó a los habitantes del Occidente de sus antiguos centros culturales.
Los edificios cubiertos de amarillo y dorado le dan al área una aparente calma y su diseño, una mezcla de estilo Le Corbusier y Moderno, fueron en su momento y por muchas décadas ejemplos en Europa del diseño futurista y contemporáneo que hoy nos parece tan normal.

En este punto y tras mucho pedalear es normal sentirse un poco agotado, así que es tiempo para un descanso en el Museo-Archivo de la Bauhaus. Este construcción es un ejemplo clásico de la arquitectura Bauhaus y el más importante en Berlín. Diseñado por Walter Gropius, este lugar es ideal para descansar, tomarse un café y probar el famoso “apfelstrudel” alemán. En su tienda de regalos cientos de artículos de diseño clásico y contemporáneos se ofrecen a los visitantes. Una parada obligada para los amantes de la arquitectura.
Tras una corta sesión de compras es hora de tomar el camino de nuevo. Continuamos hacia el Norte pasando por la “Columna de la Victoria” para regresar a Berlín oriental, concretamente a la Puerta de Brandenburgo. Si bien la puerta vale la pena en sí misma, en esta plaza se encuentra también uno de los diseños del arquitecto Frank Gehry, y según él, su favorito en Alemania. Las oficinas del Banco DZ no son nada espectaculares vistas desde afuera, pero una vez se han cruzado sus puertas se devela una magnifica figura arquitectónica. Gracias a las estrictas regulaciones en la zona, a Ghery no se le permitió crear una de sus fachadas esculturales como la del Museo Guggenheim de Bilbao, por lo que el arquitecto norte-americano decidió crear una estructura de vidrio, madera y acero en forma de Ballena al interior del edificio. Sin duda este es uno de los mejores secretos guardados en Berlín.

Poco a poco llegamos al final de esta aventura, y con las fuerzas que nos quedan cruzamos el parque adyacente a la Puerta de Brandenburgo con dirección al Reichstag o el edificio del parlamento. Ningún edificio cuenta en Berlín la historia de la ciudad tan bien como éste.

Creado en 1897 por el recién coronado emperador de Alemania Guillermo I para dar lugar al primer gobierno elegido democráticamente en el país, fue destruido en 1931 por un fuego causado por las oscuras fuerzas nazis, bombardeado en 1943 por el ejército inglés y destruido por el ejército rojo soviético en la toma de Berlín en Abril de 1945.
El edificio cayó por muchos años en el olvido en los tiempos de la Guerra Fría, y tuvo que esperar hasta 1991 para su reconstrucción al dar cabida al nuevo gobierno tras la reunificación alemana.

Su domo hecho de cristal y su diseño, una mezcla de modernidad e historia patria, son una de las obras más famosas de Norman Foster y desde allí se puede observar la ciudad completa en una vista de 360º. El mejor lugar para terminar este tour arquitectónico por Berlín.
Acerca del guía
Antonio Castello es un fotógrafo y guía turístico colombiano residente en Berlin. Ha diseñado una serie de paseos en bicicleta para guiar a los visitantes en sus recorridos por Berlín a la vez que adquieren mayores conocimientos fotográficos para sus viajes. www.blog.antoniocastello.us Tel: +49 157 89790776 Info@antoniocastello.us