La amistad incondicional entre los artistas vascos Ignacio Goitia y Eduardo Sourrouille se muestra con total transparencia en esta exposición de Lisboa que tendrá lugar entre el 17 de junio y el 23 de julio de 2021. Una muestra que recorre sus creaciones artísticas encontrando puntos en común en esa disparidad que define sus obras.
Texto y fotos: Redacción ALTUM
Desde aquel primer día de 1988 en el que se fijaron el uno en el otro, al comenzar sus estudios en la facultad de BBAA del País Vasco, y esta exposición celebrada en la Galería Nave de Lisboa han pasado más de treinta años.
Treinta años en los que pasaron de ser compañeros de clase a ser amigos, de ser amigos a buenos amigos, de buenos amigos a amantes de amantes a examantes y de examantes a amigos incondicionales y es desde esa incondicionalidad y exaltación de su amistad desde donde surgió la idea de esta singular exposición, todo un canto a la creatividad de ambos.
Un accidente que inspira
En Julio de 2020 Ignacio tuvo un aparatoso accidente de moto y pasó varias semanas de rehabilitación en un sanatorio de la costa vasca, donde Eduardo le visitaba casi a diario para pasearle en silla de ruedas por los jardines del Hospital.
Uno de esos días se acercó a visitarles Eugenia Grifero, directora de la galería Aldama Fabre de Bilbao y Proyectos Internacionales de FIG Bilbao, al ver la ternura con la que Eduardo cuidaba de su amigo postrado en una silla de ruedas con una pierna y un brazo rotos se le ocurrió proponerles esta entrañable exposición.
Eugenia a su vez es la creadora de “The Basque Corner”, una iniciativa patrocinada por el departamento de cultura de la Diputación Foral de Bizkaia que fomenta la visibilidad de artistas vascos fuera de sus fronteras.
Grandes dimensiones
La obra pictórica de Ignacio Goitia utiliza grandes edificaciones históricas relacionadas de alguna manera con los poderes establecidos como fondo de un mundo.
En él, el respeto prevalece, y se exaltan valores como la libertad personal, la libre elección del individuo, la apertura de mente, la falta de prejuicios, etc.
En la particular mezcla de sujetos que habitan sus grandes escenarios reflexiona sobre una sociedad plural formada por una variedad de personajes y situaciones que hubieran sido censuradas en otras épocas y que incluso hoy lo siguen siendo en algunos lugares o por ciertos sectores de nuestra sociedad.
Confrontación de la identidad personal
Por su parte Eduardo Sourrouille muestra a través de su obra fotográfica y de video creación una la confrontación de la identidad personal con otras realidades. Es el amor que, según Sourrouille, representa “el vínculo y motor de nuestra relación con los otros y con nosotros mismos.”
Sourrouille ha encontrado su propio estilo en el cual usa diferentes recursos para expresarse, sea disfrazándose, ocultándose o relacionando su carácter y su cuerpo en diferentes situaciones y ambientes con diversos sujetos. El rol de artista en la obra de Eduardo Sourrouille es evidente: es como un actor que no sólo representa su papel en la película, sino que la vive y que se siente identificado con él.
La necesidad humana de separar ficción y realidad, pasado y futuro, emoción y razón se disuelven en la obra de Sourrouille. En sus fotografías y vídeos siempre hay un vínculo entre su propia existencia confrontada con otras: objetos, amigos, familiares o animales.
En esta exposición se muestran diferentes ejemplos en los que Eduardo aparece en la obra de Ignacio y viceversa, a veces como meros personajes que se suman a su imaginario y en otros reflejando esa amistad que subyace más allá de su creación artística.
Más información: www.galerianave.com