Hemos seleccionado una ruta por cinco ciudades europeas para que «la primera vez» muestre la esencia más pura del Viejo Continente:
Madrid: tapas, arte y compras
La “Villa y Corte” es un cosmos de culturas que empezó su ascenso a gran ciudad desde que Felipe II la convirtiera en capital del Reino. Aunque la mejor manera de descubrirla es caminando, recomendamos hacer una primera inspección del terreno en el autobús turístico que recorre los puntos más emblemáticos.
No olvide hacer una visita al parque de El Retiro, el pulmón de la ciudad, que alberga un bello estanque y uno de los lugares más románticos de la capital: el Palacio de Cristal, por lo general embajada de grandes muestras del arte contemporáneo.
Descubra la Plaza Mayor, una de las más bellas del país y que ha servido de escenario para mercados, obras de teatro y corridas de toros. Adéntrese en el barrio más antiguo de la ciudad, el de los Austrias, donde encontrará la esencia más pura de Madrid y algunos de los bares de tapas más renombrados.
En la Puerta del Sol descubra el kilómetro cero de España y admire el reloj que cada 31 de diciembre marca las campanadas de fin de año.
Diríjase por la peatonal Calle Preciados, la del metro cuadrado más caro de España, hasta la Gran Vía. Esta arteria, con algo de más de cien años, agrupa los principales teatros capitalinos y una gran variedad de tiendas.
Enfile la calle Fuencarral por su trecho peatonal y adéntrese en Triball, el barrio más trendy de todos. En él, boutiques de vanguardia y bares que imponen el sello característico de la vida más moderna son las favoritas de una fauna humana fascinante, que lo dejará asombrado.
Si su equipo es el Real Madrid conozca el Santiago Bernabéu y por supuesto, el museo del equipo.
El arte en esta ciudad juega un papel preponderante y no puede faltar una visita a la pinacoteca más grande del mundo, el Museo del Prado. En él comparten paredes las Meninas de Velázquez, las figuras barrocas de El Greco o el Jardín de las Delicias del Bosco entre otras grandes obras. El Museo de Arte Reina Sofía alberga varias obras de Miró y el Guernica de Picasso, además de una vasta colección de arte contemporáneo. El Museo Thyssen Bornemisza, por su parte, aúna la gran colección del Barón alemán, cedida a España en los años noventa.
No olvide fotografiar el Palacio de Correos y la fuente de Cibeles, así como la mítica Puerta de Alcalá.
Ámsterdam: en bicicleta y en barco
Como sacada de un cuento, la capital holandesa ha ganado terreno al mar a base de canales sobre los que se levantan angostos e inclinados edificios. Ciudad de comerciantes y un ejemplo de urbanismo único en el mundo, es la capital europea con mayor cantidad de museos.
La mejor manera de recorrerla es en bicicleta de alquiler. Una visita a la casa de Ana Frank le permitirá ver el ático en que esta niña y su familia se escondieran de los alemanes durante la II guerra mundial y donde escribiera su famoso diario.
Realice un paseo por los canales en barco y compruebe que desde el agua, la fisonomía de la ciudad es otra.
Visite un almacén de quesos holandeses donde podrá degustar gratis muchas variedades de este producto. No deje de acercarse al mercado flotante de flores, Holanda es uno de los países que más flores produce y la variedad es inmensa.
Acérquese al Van Gogh Museum y deléitese con las pinturas de un genio que en vida no vendió ningún cuadro. De ahí, pase al contiguo Rijks Museum, cuyo majestuoso edificio alberga las obras de los grandes pintores del Siglo de Oro Holandés.
Pruebe los “panekoeken”, predecesores de los pancakes americanos, que llegaron a los Estados Unidos provenientes de este país; compre algún aperitivo en FEBO, una reconocida cadena alimenticia que expende sus productos a través de ventanillas tras la inserción de una moneda: recomendamos una kroket con mostaza.
Conozca la historia de la cerveza más popular del país en la llamada Heineken Experience y no deje de visitar algún Brown Café, los tradicionales cafés de la ciudad enchapados en madera, algo lúgubres pero fascinantes. No son lo mismo que los afamados Coffee-Shops en los que se permite la comercialización de marihuana y hachís, ahora, con nuevas reglamentaciones. Recorra el llamado Barrio Rojo que tanta fama ha dado a esta ciudad y en el que aún las vitrinas de los primeros pisos de los edificios se alquilan a aquellas personas que optan por comercializar su cuerpo.
Londres: desvelando el espíritu “british”
Esta ciudad nunca se acaba de ver y en ella el tiempo siempre escasea. En un primer acercamiento intente entender la esencia de los británicos, quienes deambulan permanentemente entre lo tradicional y lo trasgresor.
La Torre de Londres, la prisión en la que fuera recluida Ana Bolena, alberga las Joyas de la Corona Británica y es de visita obligada. En ella se puede contemplar la ceremonia de la “entrega de llaves” por parte de los conocidos Beefeaters. Acérquese a un icono arquitectónico y religioso de los londinenses, la Abadía de Westminster; y para obtener las mejores vistas de la capital inglesa, suba a la cúpula de la Catedral de St Paul.
Cruce el Támesis hacia la orilla sur por el Millenium Bridge y adéntrese en un fascinante barrio donde no puede faltar la visita al Teatro Globe y a las boutiques independientes que se agolpan sobre Bermondsey Street.
La que fuera la central eléctrica de Bankside es ahora un templo del arte contemporáneo: la Tate Gallery. Pase la tarde en ella contemplando obras de Warhol o Dalí y no deje de visitar su cafetería; la noria más grande del mundo, London Eye, estará aguardándole para ver Londres desde las alturas. A su lado el Big Ben resulta minúsculo.
Acuda al cambio de guardia en Buckingham Palace y no deje de visitar el British Museum, el que resume la historia de la humanidad a cada paso: la Piedra Rosetta, fragmentos del Partenón o una de las colecciones de momias egipcias más grandes del mundo le ayudarán a entender porqué Marx y Ghandi invirtieron aquí muchas horas de estudio. En Soho, un barrio que nunca pasa de moda, disfrute de unas Fish and Chips en un local de diseño.
Acérquese hasta Chelsea y King´s Rd recodo de la elegancia y el glamur. En el conocido Harrod´s visite el Food´s Hall, una de las galerías de alimentación más impresionante de todo Europa. Vaya de tiendas por Oxford Street y despídase de Londres con una cena en algún restaurante de Leicester Square, a ser posible de comida exótica: nepalí o birmana.
Roma: del imperio al Vaticano
Empiece por visitar el Coliseo y los Fosos Imperiales y recuerde los grandes eventos que aquí tuvieron lugar. Tras llegar hasta la popular Fontana de Trevi y arrojar en ella una moneda para volver a la Ciudad Eterna, diríjase hasta la imponente Plaza Navona y saboree un helado italiano mientras camina por ella.
Al igual que los romanos, tome un respiro mientras se sienta en las escaleras de la Plaza De España. Prosiga hacia el Vaticano donde la Plaza de San Pedro y el Templo por excelencia del catolicismo le esperan. Adéntrese por los Museos Vaticanos y vibre ante una de las mayores obras de la historia: las pinturas de la Capilla Sixtina.
Deambule sin rumbo por el coqueto barrio de Trastevere y en una de sus muchas tratorías, deguste un típico plato de pastas para luego visitar la más famosa iglesia de este vecindario: Santa María in Trastevere.
Uno de los lugares más tranquilos y admirados es la Villa Borghese, un parque con jardines al mejor estilo italiano con varios edificios de diversos estilos entre los que destaca la Galería Borghese, un museo que alberga obras maestras de Rafael, Tiziano o Caravaggio.
París: luces de elegancia
La más joven de las ciudades de nuestra ruta es la capital francesa. La grandiosidad de sus espacios públicos obedece al trazado urbano ideado por Hausmann. La Ciudad Luz fascina a todos por su elegancia. Por eso recomendamos empezar su paseo recorriendo los Campos Elíseos desde el Arco del Triunfo hasta la Concordia, para proseguir a los jardines de las Tullerías. Para el almuerzo opte por un café del barrio de Saint Germain y posteriormente deléitese con las tiendas y galerías de un barrio muy entretenido.
Deje que el ocaso le sorprenda en la plaza de Montmartre donde pintores y músicos recrean el ambiente más bohemio de otros tiempos.
En los días siguientes acuda a las tiendas del lujo y la moda de la Rue Royale, la Place Vendome y el Fauborg St Honore. Visite la Opera y acuda a un recorrido por la iglesia gótica de Notre–Dame; cruce a la Ille St Louis y recorra algunas de las callejuelas más pintorescas de París.
Entre al barrio alternativo de Le Marais y conozca la cara más vanguardista y atrevida de esta ciudad, en un recorrido que le llevará por la Rue du Temple hasta el moderno centro cultural Georges Pompidou. Abandone el barrio por la Place de Vosges, la más antigua de París y disfrute de su parque, así como de los anticuarios y tiendas de curiosidades que se agolpan en las calles aledañas.
Disfrute de las vistas de la Torre Eiffel, y si aún le quedan fuerzas acérquese al museo D’Orsay o el del Louvre, dos instituciones artísticas de primer orden.
Uno de los paseos más imponentes es cruzar a pie el puente de Alejandro III –para muchos el más lindo de Europa-, desde el Grand Palais hasta Les Invalides, donde se encuentra la tumba de Napoleón.
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