La calma que hoy se respira es inversamente proporcional a los sobresaltos y agitación que sus moradores vivieron siglos atrás. Sigue donde siempre estuvo: muy cerca de la provincia de Salamanca . El visitante que nunca oyó hablar de ella se ve gratamente sorprendido al instante. La historia pasea deteniéndose en cada una de las piedras, callejuelas o torres. Pero Trancoso esconde más. Mucho más que el visitante tiene que descubrir.
Texto: Araceli Viqueira
Fotos: Redacción ALTUM
El granito sigue protegiendo las fachadas de las casas de Trancoso, una de las 12 aldeas históricas de Portugal marcada por la presencia judía que cualquier curioso puede adivinar en las marcas que conservan sus calles y puertas.
Pequeña población si solo en número de habitantes, grande por su ubicación estratégica próxima a la frontera de Salamanca y enorme por la habilidad de conservar intacto un legado que otras ciudades han despreciado, sino detruido .
Paseando por sus calles estrechas y empedradas, como lo estaban en el medievo, la mirada del visitante recorre atónica construcciones impecables de los siglos XVI y XVII, vislumbra sus murallas y termina por posarse en su castillo, situado en una posición dominante.
Es en esas calles en las que cada año, en junio, se recrea la boda real entre Don Dinis y Doña Isabel de Aragón. La clase de historia al aire libre recuerda como el apodado “rey labrador” por las reformas que aportó a la agricultura, se casó por poderes cuando su esposa, a la que no conoció hasta el dia de la boda, tenia 12 años. Y acudió a recibirla a la entrada de Trancoso.
Y la historia continúa por todos los edificios protegidos por las murallas porque Tracoso es una villa amurallada, en cuyo cerco se ubica uno de los alojamientos más apetecibles de la zona.
Sueños entre pasado y presente
El cuidado exterior del edificio en el que se encuentra el «Solar Sampaio e Melo», del siglo XVII, no permite imaginar lo que esconde su interior, remodelado definitivamente en 201. La tradición, la historia, la robustez, ocupan la fachada presidida por el blasón de la familia Sampaio e Melo. El interior añade la fragilidad del vidrio en perfecta combinación de lo contemporáneo con lo inmortal .
Cuartos con decoraciones diferentes, bordados personalizados que transforman espacios en ambientes hogareños. Habitaciones que dan paso a cuartos de baño modernos, completos y con los productos de higiene necesarios. Incluso los espacios comunes como la sala de lectura, que invita a ello, y la piscina exterior, licencia de la modernidad, mantienen el caracter de boutique.
El aspecto noble llega a la sala de desayunos, que impecablemente vestida, espera a los huéspedes con el afamado café portugues, compotas caseras y frutas pulcramente expuestas.
A dos pasos, en el mismo recinto amurallado, se encuentran el centro de interpretación judía Isaac Cardoso; el ayuntamiento ante el que una estatua rinde homenaje a su hijo predilecto Bandarra, un zapatero-poeta-escritor con dotes de adivinación.
El pelourinho frente a la iglesia principal, San Pedro, en la que, como en las otras de la ciudad, al terminar el funeral, párroco y feligreses caminan en “procesión” hacia el cementerio; un parque que con curiosas representaciones ovaladas que recuerdan los métodos de tortura de la inquisición; el castillo al que se acede a través de una escalera en cuyos frentes se destacan los principales hechos históricos de una ciudad en la que el tiempo se ha detenido. Una visita que no necesita de muchas horas; aunque todas las que dediquemos, quedarán en nuestra memoria.
Más información: www.aldeiashistoricasdeportugal.com