Con tres espacios diferenciados como son mesas altas a la entrada para picoteo, un comedor continuo con mesas bajas, y una elegante y confortable sala “escondida”, el Restaurante Candeli dirigido por dos sumilleres -y en plena calle Ponzano- propone una selección de platos de varias comunidades españolas.
Texto y fotos: Redacción ALTUM
Que Ponzano se ha convertido en la “gastrocalle” más cool de la ciudad, no es un secreto. Divertida para el tapeo y el aperitivo o para las cenas informales, esta arteria del madrileño barrio de Chamberí traspasa ya, por su fama, nuestras fronteras. Sin embargo, Candeli, puede ser uno de los restaurantes de más alta calidad de esta arteria, y probablemente el que ha puesto el listón más alto en cuanto a pescados, mariscos y carnes se refiere. Su parrilla de carbón a la vista del público es, ineludiblemente, la que marca la diferencia.

Sus propietarios son dos hermanos: Francisco y Alberto Rivera (ni el torero, ni el político, vamos…) han emprendido una aventura gastronómica muy personal con una cocina de producto cuidadosamente seleccionada y una oferta de vinos con referencias exquisitamente escogidas; ambos son sumilleres por la Cámara de Comercio de Madrid. Los Rivera han optado, con acierto, que los caldos de su bodega hagan un recorrido por las diferentes denominaciones de origen de nuestro país y por ofrecer un pequeño apartado dedicado al champagne. No es una bodega infinita, su objetivo es la excelsa calidad y el precio competitivo. Además, todos los vinos de Candeli pueden comprarse para llevar a precio de tienda.

Sus platos bucean en la cocina clásica con especial énfasis en la calidad del producto, y eso destaca tanto en la carta de picoteo como en la del restaurante.
El picantón de grano al romero o el lomo de buey al peso conviven en perfecta armonía en la parrilla de carbón. Además, juegan con el solomillo de ternera como pocos, presentándolo de tres maneras: deditos de solomillo salteado a los ajos dorados, centro de solomillo a las brasas, y steak tartar de solomillo cortado a cuchillo y elaborado en la sala a la vista del cliente.

Del mar destacamos su bacalao al pil-pil, el cogote de merluza a la bilbaína, sus zamburiñas al azafrán o la gamba blanca de Huelva, entre otros.

En temporada, algunos de sus platos estrella son las alcachofas sobre cama de rabo de toro o los calçots de Valls al carbón. Y si hablamos de huevos no hay nadie que se pueda resistir a sus variantes: huevos fritos con trufa negra,, sinfonía de setas con huevo campero o chanquetes con huevo y sal de caviar.
Las rabas de potera a la andaluza, las tortitas de camarón o sus chips de berenjena con queso de cabra dejan la técnica de la fritura por todo lo alto.

A la hora de pecar dulcemente, el comensal no puede resistirse a probar los sorbetes caseros elaborados al memento, un clásico catalán como la mel i mató, o un clásico tiramisú con su perpetuo acompañante: el amaretto.
Calle Ponzano, 47 Madrid. Teléfono: 91 737 70 86
Cierra domingos noche.