Al encuentro de los guerreros Sikhs

En Nueva Delhi los seguidores del sikhismo tienen su punto de encuentro en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. La magia del lugar, y si se quiere lo excéntrico de su ambiente, hacen de este recinto un lugar de obligada visita.

Yo tampoco sabía qué era el sikhismo. En mi primer viaje a India supe de esta religión monoteísta que, a través de su libro sagrado llamado ”Guru Granth Sahib”, imparte los preceptos de su fundador el Gurú Nanak y de nueve Gurús más. En el s. XVII y cuando el imperio Mogol se desintegraba, los sikhs lograron consolidar su propio reino, el Punjab, el cual terminaría anexado al Imperio Británico y hoy en día es una región más de India.

Los miembros de esta religión jugaron un importante papel en la independencia de la India debido al carácter de “guerreros” que los caracteriza. Sin embargo, actualmente se les considera personas pacíficas, trabajadoras y muy responsables. Los hay por todo el mundo y las mayores comunidades fuera de la India se encuentran en el Reino Unido y Canadá.

Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes
Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes

Tengo la impresión que los sikhs hacen parte de las innumerables contradicciones de este país: religiosos y guerreros a la vez.

Al ser una religión algo influenciada por el hinduismo, no resulta curioso que crean en la reencarnación y en la migración de las almas. No reconocen el sistema de castas ni creen en el culto a los ídolos, rituales o supersticiones; las riquezas y posesiones personales no se contraponen a lo espiritual y la mujer recibe especial veneración por su papel en la familia y en la sociedad. Las hijas mujeres no son consideradas una desgracia y a las viudas se les permite volver a casarse. El matrimonio es un sacramento y no un contrato, por lo que dote y divorcio no están permitidos; tampoco creen en el celibato. El alcohol, el tabaco y todos sus derivados están prohibidos por ser productos tóxicos. Aunque incineran a sus muertos, para ellos ningún río es sagrado, por lo que las cenizas crematorias son arrojadas a cualquier canal o río.

Templo de Gurudwara Bangla Sahib. Donantes de agua. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes
Templo de Gurudwara Bangla Sahib. Donantes de agua. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes

Reconocer a un sikh no resulta tan complicado, se les conoce como los hombres de las cinco pes. Aquellos que se ciñen a la indumentaria tradicional aúnan en su apariencia una serie de símbolos que empiezan todos ellos por la letra pe:

Pelo largo y recogido por lo general debajo de un turbante. No pueden –no deben- cortarse jamás ni el pelo ni la barba.

Peine. Siempre lo llevan con ellos.

Pulsera de acero o Kara, que se la cuelgan de la muñeca o la sostienen entre sus manos.

Pantalones interiores cortos (entiendo que todos los llevan…)

Puñal o la espada –algunas veces es una lanza-, conocida como Kirpan, símbolo de su condición guerrera.

Templo de Gurudwara Bangla Sahib. Indumentaria Siikh. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes
Templo de Gurudwara Bangla Sahib. Indumentaria Siikh. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes

Los extranjeros de cualquier creencia tenemos derecho a entrar en sus templos. Al igual que ellos debemos hacerlo descalzos y con la cabeza cubierta.

En el Gurudwara Bangla Sahib de Delhi, los visitantes de fuera tenemos un lugar asignado para dejar nuestro calzado. Si no llevamos nuestro propio pañuelo, nos dejan uno, en este caso de color naranja.

Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes
Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes

Antes de ingresar al recinto los sikhs lavan sus pies y manos, nosotros no estamos obligados a ello.

Sobre el ardiente mármol se extienden unos caminos de esparto para evitar que se quemen los pies. A mí me resulta incómodo caminar sobre esas alfombras y opto por exponer mis pies al calor de las blancas lozas.

Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes
Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes

Originalmente el templo fue el palacio de un Rajá y en él también habitó Har Krishan, uno de los gurús más importantes de esta religión. Este hombre dotó a la ciudad de Delhi de agua y comida cuando una epidemia de cólera se extendió por la ciudad. Desde entonces al agua del estanque del recinto se le otorgan propiedades curativas, por lo que lavarse con ella es santo menester. Las cúpulas doradas del templo se reflejan en el agua y en las orillas la gente hace rezos y se lava. Unos simplemente se mojan las manos, otros la cara y algunos incluso se dan un buen chapuzón.

Padre sikh con su hija en el estanque de aguas curativas del templo
Padre sikh con su hija en el estanque de aguas curativas del templo

La música proveniente de los altavoces del exterior del templo repite himnos sikhistas y me llega con magia. No me canso de observar un espectáculo de colores, de fisonomías ajenas a occidente y de extravagancias propias de una película. Cada ángulo, cada lugar al que se dirigen mis miradas es un universo exuberante, diferente y atractivo. Me vuelvo compulsivo con los disparos de la cámara. Al igual que en mi anterior visita tengo la sensación de estar metido en un mundo que no sabía que era alcanzable, ni siquiera sabía que existía…

Dos hombres sikhs con increibles turbantes en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Foto cedida a ALTUM por Natalia Huidobro. Derechos reservados.
Dos hombres sikhs con increibles turbantes en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Foto cedida a ALTUM por Natalia Huidobro. Derechos reservados.

Los fieles (y yo con ellos) entramos al interior del templo. Hago lo que ellos hacen. A paso lento recorremos el altar central donde reposa el Libro Sagrado. Mientras una especie de sacerdote recita los himnos sikhs, varios devotos entregan sus ofrendas florales a una especie de monaguillo. Unas notas musicales provenientes de unos acordeones horizontales son tocados por un par de hombres… sus armónicas notas invaden el recinto. La gente se sienta en el suelo. No está prohibido hacer fotografías pero a mi me parece irrespetuoso hacerlas. Me contengo mientras desde el suelo observo una liturgia extraña y fascinante.

Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes
Sikh en el templo de Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes

La India no es entendible. La India avanza, marcha, impacta y penetra nuestro interior… es una sorpresa que no tiene fin.

Joven rezando frente al estanque del templo Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes
Joven rezando frente al estanque del templo Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes

Una vez fuera, observo cómo muchos se enfilan para recibir el prasad -el alimento divino, una pasta de azúcar muy dulce y nutritiva- que ha sido preparada en la cocina del templo.

Atardecer en el templo Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes.
Atardecer en el templo Gurudwara Bangla Sahib. Delhi, India. Copyright Hernando Reyes.

Me retiro con el sol del ocaso recordando esa gran frase de Churchill: “La India no existe. Es un concepto geográfico igual que el Ecuador”.

8 comentarios sobre “Al encuentro de los guerreros Sikhs”

  1. vous etes en pleine forme monsieur Mr Isaza, votre post sont formidables, mais c’est lui sur le temple skih, a mon avis est vraiment superb.Felicitations!

  2. Lucas, es un honor recibir un comentario tuyo, muchísimas gracias por dedicarnos tu tiempo.
    He visitado tu blog el cual no conocía y me ha encantado.
    Muy interesante lo de Japón.
    Textos y fotos de MUCHA calidad.
    Enhorabuena.

    Un abrazo.

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