En invierno es la delicia de los esquiadores. En verano, los amantes de la naturaleza lo comparan con el Edén. A los pies de los Andes, blancos, azules, y verdes, salpican el paisaje de San Carlos de Bariloche.
Si estás buscando un destino que combine tranquilidad con adrenalina, el lugar perfecto es San Carlos de Bariloche en la Patagonia argentina, una pequeña ciudad enclavada a los pies de los Andes, rodeada de milenarios bosques y serenos lagos, que constantemente se ha descrito como un “destino de cuento”, gracias a su belleza natural. Su arquitectura, nos transporta a un pueblo suizo con edificaciones de madera y piedra, de claro sabor alpino. Al caminarla, el aroma de cacao proveniente de sus chocolaterías, nos da la bienvenida.
Bariloche es un lugar mágico, que ofrece un sin fin de actividades para disfrutar del aire puro todo el año, es ideal para los deportes alpinos en invierno, y para los de aventura en verano. Aquí, las estaciones están bien marcadas, transformando las panorámicas drásticamente. En otoño, sus bosques se engalanan de tonos cobrizos, y durante la primavera, los paisajes son invadidos por flores multicolor. Son tres los colores que predominan en Bariloche: el blanco, el azul, y el verde.
Blanco desafiante
En Argentina es invierno cuando en el hemisferio norte es verano. Si te gusta practicar los deportes de nieve, ahora puedes hacerlo entre junio y agosto. El Cerro Catedral te ofrece 600 hectáreas con 53 pistas para desafiar la montaña en esquíes o snowboard. Recientemente se ha inaugurado una pista para trineos y snow tubing, con pronunciadas curvas y “bumps”. ¡Muy divertido!
Si quieres vivir aventuras únicas, y poner a tope tu adrenalina, puedes disfrutar programas especiales hechos a la medida para esquiar fuera de pista en imponentes montañas vírgenes, y glaciares, que sólo son accesibles en helicóptero. No puedes perderte las travesías en trineos tirados por perros siberianos, escuchando su ladrido mientras recorres los frondosos bosques, y el viento frío acaricia tu rostro. Culmina la jornada conduciendo una moto de nieve, sin duda, una experiencia que recordarás siempre.
Azul para experiencias extremas
El cielo y los lagos de Bariloche son únicos, no sólo por su belleza, sino porque en el verano puedes disfrutarlos al máximo. Imagínate lanzarte en parapente desde la cúspide de una montaña, observando alucinantes paisajes de montañas repletas de bosques nevados, y bañados por mantos acuíferos de un azul profundo.
Descubre los siete lagos que se ubican en la región. Navégalos en kayaks, catamaranes, canoas, o veleros. Si prefieres observar un bosque sumergido en el Lago Traful, puedes adentrarte en las profundidades del mismo, buceando con trajes especiales. El buceo andino, es una modalidad muy preciada por los amantes del submarinismo.
Los caudalosos ríos que se forman de los deshielos, ofrecen la oportunidad de practicar el rafting. Existen también, excursiones de algunas horas, y otras de dos días de duración, donde se combina el rafting, con el canotaje y el kayak.
Si lo tuyo es la pesca con mosca, aquí podrás capturar truchas en los diversos ríos y lagos. La temporada comienza a mediados de noviembre, y culmina a finales de abril, y es imprescindible contar con un permiso de pesca.
Verde para la aventura
Adéntrate en bosques milenarios, recorre sus senderos a pie o en bicicleta de montaña. Los pronunciados caminos te llevarán a lugares mágicos que van desde ríos a lagos con vistas únicas enmarcadas por formaciones rocosas.
Los amantes de la equitación podrán practicarla en senderos pronunciados, galopar en pequeñas pampas, o cabalgar por cañadas con arroyos que conducen a miradores y cumbres, donde si tienes suerte, podrás avistar cóndores.
Si el montañismo es lo tuyo, te recomiendo hacerlo en la Piedra de Habsburgo, donde es posible escalar, hacer rappel, y visitar una cueva con excelentes vistas, de la que podrás salir en una tirolina de 60 metros.
La belleza de Bariloche es un marco perfecto para practicar el golf. Cuenta con dos campos de 18 hoyos: el Arelauquen Golf and Country Club, posado a los pies del Cerro Catedral y el Lago Gutiérrez; y los links del campo del Hotel Llao Llao, que ofrecen ondulantes greens y fairways flanqueados por el lago Nahuel Huapi, y los Andes de fondo.
Si lo que deseas es aprender a jugar al Polo, en el Arelauquen Polo Club puedes adquirir los conocimientos básicos para la práctica de este deporte en su Escuela Internacional de Polo.
Vive la “Experiencia Llao Llao”
Si vas a Bariloche tienes que hospedarte en el Lao-Llao Hotel & Resort Golf Spa, es un “must”, un verdadero refugio construido en madera y piedra sobre una pequeña colina entre los lagos Nahuel Huapi y Moreno, por lo que desde cualquiera de sus 205 habitaciones avistarás paisajes que perduran en el alma.
El lujo y el refinamiento, lo han colocado como uno de los mejores hoteles de Sudamérica, y es parte del portafolio de hoteles de The Best of Patagonia, lo que te asegura un hospedaje de alto nivel.
Cada uno de los rincones del hotel te regalará momentos de relajación e inspiración. No dejes de deleitar los embutidos de jabalí o el cordero patagónico, una delicia.
Sólo aquí podrás vivir la experiencia Llao Llao, ya sea de luna de miel, con tu familia o amigos.
No lo dudes, Bariloche es el lugar de Suramérica para el invierno que está por llegar. Sigue mis consejos, descubre nuevas posibilidades, y compártlas con nosotros; por último, no dejes de probar el chocolate de la región.
Gracias, por las recomendaciones, sin duda un destino que no debo perderme…
Lo mejor del post, es sin duda la foto de Lorenzo. Qué look más interesante… tanto como el artículo. GRACIAS Lencho!