Con su transparencia o sus versiones de color, este licor de naranjas locales, ha sido durante años el “Embajador Oficial de la isla de Curazao”.
Es normal que para muchos el licor “Curacao” existiera en su fuero interior antes que la isla que lleva su nombre y que pertenece al grupo de Antillas Holandesas, las que hacen parte del Reino de los Países Bajos. El marketing internacional de esta marca de licores, ha sido durante muchos años más fuerte que el del mismo destino. De hecho, al licor se le llama el “Embajador oficial de la isla de Curazao”. En ALTUM hemos tenido la oportunidad de viajar hasta esta isla caribeña para traer sus encantos a nuestros lectores, y no cabe duda que, uno de ellos es la destilería Senior, la productora oficial del “Curacao”, el licor genuino dela isla, que se encuentra en una mansión llamada Landhuis Chobolobo.

De España llegan barcos cargados de…
Fueron los españoles quienes en el siglo XVI introdujeron aquí las naranjas valencianas, sin embargo, la climatología y la aridez de estas tierras produjeron un fruto demasiado amargo, que ni es naranja ni es lima, con una cáscara de tonalidades verdes oscuras, al que los locales llamaron “laraha” (Citrus Aurantium Curassaviensis).
El fruto fue ignorado durante varios lustros hasta que en 1886 se le encontró su utilidad, al descubrir que, secando sus cáscaras al sol, éstas despedían un agradable aceite con acentuados vahos cítricos. Cocinadas con alcohol puro, agua y “especias secretas”, se obtuvo una esencia, que endulzada con azúcar, fue sometida a un proceso de destilación del que resultó un licor transparente, similar al Triple Sec, al que se denominó “Curacao”.


Actualmente el cultivo de las “larahas” se hace en la plantación de la familia Koster, al oeste de la isla. Las cáscaras se cortan a mano y con cuchillos de madera para alterar lo menos posible la corteza, se secan al sol durante tres días para ser posteriormente enviadas a la destilería de la familia Senior, para ser pesadas y procesadas.


Desde hace cincuenta años el licor se colorea por petición del principal cliente, los Estados Unidos. Allí es ampliamente usado en coctelería al igual que en Holanda. Además del original y transparente, en el mercado existe Curacao de varias tonalidades: naranja, azul -quizás el más famoso de todos- con el que se prepara el famoso cóctel “Blue Lagoon”; el verde se emplea en la elaboración del “Green Sundowner” y el apasionante Curacao rojo es el componente que pone la nota principal del llamado “Second Honey Moon”, un cóctel que adquirió su fama en Las Vegas, gracias a los segundos matrimonios que muchos realizan allí.



Los holandeses, inclinados por el color original, han decidido embotellarlo en botellas de cerámica de Delft, la inconfundible azul y blanca.
En los últimos años, el departamento de marketing de la destilería viene desarrollando nuevos productos, entre los que destacan los aromatizados y por ello, es posible encontrar en el mercado Curacao con aromas de chocolate, uvas pasas o café.
La botella del licor no cambia desde hace más de cincuenta años, aunque sus etiquetas sí se han amoldado a los conceptos mercantiles imperantes en las diversas décadas. Hubert, mi guía en la destilería, afirma que la forma de la botella evoca el bello cuerpo de la mujer curazaleña, y yo me pregunto porqué es de cristal corrugado, si las pieles mulatas reflejan por lo general lozanía y suavidad…
El clásico “Blue Lagoon”
50 ml de vodka
25 ml de Curacao Azul
Limonada natural (se puede reemplazar por Sprite o Fanta limón)
Cubrir con hielo un vaso alto y ancho. Añadir el vodka y el Curacao. Servir la limonada hasta arriba. Adornar con un trozo de naranja y una guinda o cereza marrasquino.
Me encanta! Siempre vosotros con los colores… Me parece un post absolutamente acorde con vuestra imagen además de diferente, novedoso y con información desconocida por muchos. Un abrazo.
Estuve en Curaçao de vacaciones y visité la hacienda Chobolobo, la destilería y el museo, muy bonito todo y muy interesante, y una bella historia!!! Me encantó y el sabor de los licores es fascinante!!! Quien viaje a Curaçao no debería irse sin conocer este lugar y esta historia.
Durante el recorrido por el museo, nos explicaron que la forma de la botella representa el vestido de sevillana y la estructura del vidrio es la piel de la naranja valenciana.