Taj Mahal, el más bello mausoleo del mundo

Construido desde el profundo dolor que acompaña a la viudez, la joya y la gloria de la arquitectura de la India es la más refinada maravilla de oriente y la muestra de amor más grande a una mujer que la humanidad jamás borrará de su memoria.

Corría el año de 1526 cuando Babar, el primero de los conquistadores mogoles, se tomó las ciudades de Agra y Delhi despojando del trono al último rey afgano que dominara estas tierras, el sultán Ibrahim Lodi. Con el dominio mogol, la India vio erigir algunos de sus más grandes monumentos: la tumba de Humayun en Delhi, el Fuerte de Agra construido por Akbar, el Gran Mogol, o el Taj Mahal, obra de su nieto Shah Jahan.

Parte de atrás del Taj mahal sobre el río Yamuna. Agra, India. Copyright Hernando Reyes
Parte de atrás del Taj mahal sobre el río Yamuna. Agra, India. Copyright Hernando Reyes

Quince años y ocho meses tenía Shah Jahan el protagonista de esta historia cuando se desposó con Mumtaz-uz-Zamani. Ella contaba con diecinueve años, ocho meses y nueve días de edad en el momento del enlace. La boda tuvo lugar la noche del viernes 9 de Rabi-ul-Awal de 1621 en el palacio Itimad-ud-daula, propiedad del abuelo de la novia. Fue el padre del novio, con lágrimas en los ojos, quien depositara la corona de perlas sobre el turbante de su hijo tras recibir los cinco lakhs -equivalentes a quinientas mil rupias- que se entregaron como dote de la unión.

Una de las cuatro columnas del Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes
Una de las cuatro columnas del Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes

Durante toda la vida fueron una pareja inseparable al punto de que Shah Jahan exigía que su mujer lo acompañara incluso en sus expediciones militares por remotos parajes del país. Todo lo que ella deseaba le era concedido y logró el amor de su pueblo tras perdonar muchas de las penas impuestas a innumerables insurrectos.

Detalle del Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes
Detalle del Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes

De la unión nacieron ocho hijos varones y seis mujeres, y fue precisamente tras el último parto de una de sus hijas, el 17 del mes Zicad del año 1630, cuando se desvaneció encontrando la muerte. Lanzando una profunda mirada sobre su compañero de vida, le pidió entre sollozos, que cuidara de sus hijos y ancianos padres cuando ella ya no estuviera. Exhaló su último aliento tres vigilias antes del amanecer; contaba entonces con 39 años, 4 meses y 4 días.

Hombre Sikh en el Taj Mahal. Agra, India. Copyrigfht Hernando Reyes
Hombre Sikh en el Taj Mahal. Agra, India. Copyrigfht Hernando Reyes

El cuerpo de la emperatriz fue enterrado en un pequeño terreno en medio de lo que fue una hermosa fuente que adornaba el palacio ajardinado de Zenabad. Su Majestad tomó como norma visitar la tumba todos los viernes. El dolor le postraba de tal manera que durante una semana se negó a recibir a ningún Emir del Imperio y no apareció en la Jharoka (ventana) del Khas Am ni atendió ningún asunto de gobierno.

Jardines del recinto del Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes
Jardines del recinto del Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes

Pasados seis meses los restos mortales de la emperatriz fueron enviados a Akbarabad y durante todo el camino se repartieron limosnas a los pobres y necesitados.

Durante dos años el Emperador abandonó todo tipo de ocupaciones placenteras, en especial la audición de instrumentos musicales, el uso de joyas y perfumes, el consumo de comidas suculentas y el vestir ropas lujosas.

Torre de uno de los edificios de la entrada del Taj Mahal. Copyright Hernando Reyes.
Torre de uno de los edificios de la entrada del Taj Mahal. Copyright Hernando Reyes.

El nuevo emplazamiento elegido para el mausoleo fue el Palacio del Rajá Jey Singh, previamente adquirido por el Emperador. En un principio se construyó una cúpula provisional sobre la tumba para que permaneciera oculta a los ojos del pueblo. Sin embargo, siguiendo órdenes del emperador, se construyó un edificio sobre ella, el cual, hoy día, sigue siendo una de las maravillas del mundo.

El coste del mausoleo se estimó en cincuenta lakhs –cinco millones de rupias- y su construcción tardó veinte años. En ella intervinieron veinte mil personas.

Edificio de entrada al Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes
Edificio de entrada al Taj Mahal. Agra, India. Copyright Hernando Reyes

 

Shah Jahan murió intramuros del fuerte de Agra, gastó las riquezas de un imperio en la construcción de suntuosos edificios, levantó la nueva ciudad de Shahjahanabad en Delhi, construyó la mayoría de los edificios de mármol del Fuerte Agra, pero sobre todo, edificó el Taj Mahal: un edificio concebido desde la opulencia de quien ha amado con pasión.

Taj Mahal al atardecer. Agra, India. Copyright Hernando Reyes
Taj Mahal al atardecer. Agra, India. Copyright Hernando Reyes

Creía haberlo visto. Antes de mi primera visita al Taj Mahal lo había ojeado tantas veces en libros, en fotos o en televisión que tenía la impresión de sabérmelo perfecto. Gran mentira. Sólo cuando se está frente a él se entiende que cualquier acercamiento previo es un espejismo, una ilusión… La grandeza de este monumento es simplemente indescriptible. Serenidad, magnificencia y esplendor me invadieron por completo.

Panorámica del recinto del Taj Mahal desde el propio mausoleo. Agra, India. Copyright Hernando Reyes.
Panorámica del recinto del Taj Mahal desde el propio mausoleo. Agra, India. Copyright Hernando Reyes.

Durante una segunda visita hace pocos días recordé esta historia mientras las luces del crepúsculo acariciaban la estructura de mármol de la más grande obra de amor de todos los tiempos. Rayos de terciopelo ámbar, rosa y añil se proyectaron en mi interior haciéndome temblar de emoción y mostrándome un espectro que nunca antes había percibido.

2 comentarios sobre “Taj Mahal, el más bello mausoleo del mundo”

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