Jamaica: al menos una vez en la vida

Conocida como la Isla del Sol, Jamaica destila exotismo por sus cuatro costados. Con una población mayoritariamente descendiente de esclavos africanos y unos parajes idílicos además de playas de ensueño, merece la pena visitarla al menos una vez en la vida.

Texto: Hernando Reyes Isaza
Fotos: Oficina de Turismo de Jamaica / ALTUM / MC Ricaurte

A los tópicos hay que darles su justa importancia, sin embargo, resulta casi paradójico que lo más auténtico de Jamaica sean precisamente sus tópicos.

El viajero aficionado a indagar, descubre rápidamente que, en la isla de Bob Marley, hay mucho más que el ron o su cerveza Red Stripe, la ganja, el jerk chicken, el reggae, o sus incontables mitos cinematográficos (escenarios de celuloide animados por Sean Connery, Brooke Shields, Ursula Andrews o Cameron Díaz entre otros).

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A fin de cuentas cada viajero descubre lo que quiere encontrar y para muchos es una isla de libertades donde, por ejemplo, es posible intentar alcanzar el nirvana en circunstancias prohibidas; alojarse en una cabaña en alguna recóndita playa, bailar danzas secretas bajo la luna llena; refrescarse bajo una prístina poza de agua dulce o dedicarse a tomar el sol a “rienda suelta”, que para eso la isla cuenta con más de 320 kilómetros de playas de aguas de tonalidad turquesa y verdes coralinos.

Muchos sufren una repentina adicción por Bob Marley; y ensimismados bajo las notas de “NO WOMAN, NO CRY”, la entonan a todo pulmón no sin dejar rodar una que otra lágrima que secan con la bandera de la nación, de la que se dice que el amarillo recuerda al sol, el verde a su vegetación, y el negro al color de su gente.

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Otros, colapsados por los atardeceres al filo de un acantilado, bailan calipso como cualquier local.

Pero superados los tópicos, todos coinciden y se ven apoderados de una especie de “deseo incontrolable” por adentrarse en la Jamaica de cascadas de postal, de naturaleza abrupta y de montañas de ensueño poco conocidas por la inmensa mayoría. El que ha estado en la isla, coincidirá conmigo:

«Jamaica es uno de esos lugares que se debe visitar al menos una vez en la vida».

Beach Bar at Peppa’s Bar and Grill at Country Negril, Jamaica

      A modo de aperitivo, te proponemos a continuación un recorrido por las zonas costeras más relevantes de este paraíso:

Negril

      Con más de once kilómetros de una de las mejores playas de blanca arena del mundo, el complejo turístico de Negril se sitúa en el extremo occidental de la isla desde la bahía de Hanover hasta el faro postrado en Westmoreland.

En las inmediaciones del pantano de Negril se encuentra la Royal Palm Reserve, la concentración más grande de palmeras jamaicanas de toda la isla. Ninguno de los diversos alojamientos del lugar puede, por ley, traspasar la altura de la palmera más elevada.

Negril está considerado como el centro de deportes acuáticos del país, y en él se puede bucear, hacer submarinismo, vela, esquí acuático, windsurf, kayak o navegar en catamarán.

Desde el ocaso y con el propósito de observar sus cautivadoras puestas de sol, restaurantes y bares se llenan de almas deseosas de bailar al ritmo de una banda de reggae en directo o de saborear el rico jerk chicken, ese pollo a la brasa especiado y jugoso tan típico de Jamaica. No en vano, Negril también es considerada la capital de las fiestas nocturnas y de la música en directo.

Montego Bay

Se diría que la segunda ciudad del país atrae más a los turistas reposados que aquellos intrépidos viajeros en busca de acción. Aquí llegan muchos en busca del lujo, pues para muchos es la cara más onírica de la isla. En los alrededores se encuentra la célebre Doctor´s Cave con sus aguas cristalinas de color turquesa que invita a nadar de forma segura y que atrae a muchos por sus supuestas propiedades curativas. La cueva a la que debe su nombre fue arrasada por un huracán en 1932 pero aún se mantiene la creencia del poder sanador de estas aguas para problemas óseos, pues así lo afirmó siempre Sir Herbert Barker, un afamado osteópata británico quien visitaba con frecuencia el lugar.

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No lejos de aquí se pueden realizar espectaculares paseos a caballo por la playa de Sandy Beach y sus alrededores.

Ocho Ríos

      Dicen los isleños de “Ochi”, como llaman cariñosamente a este lugar, que es aquí “donde el cielo se derrama en el mar” y las colinas cubiertas de hierba van a parar suavemente a orillas de aguas transparentes rodeadas por un escarpado litoral.

La vegetación del lugar es sublime, hay varios jardines botánicos, algunos de ellos naturales, y el de mayor fama es el famoso “Jardín Encantado”. En Ocho Ríos atracan la gran mayoría de los cruceros y probablemente su mayor atractivo sea Dunns River Falls, una serie de cascadas escalonadas que descienden 180 metros y desembocan en la playa. Está permitido bañarse en las pozas y remontar las cascadas por dentro del agua. Si se prefiere algo más tranquilo existe una alternativa muy similar más al oeste, se trata de Laughing Waters donde también se puede hacer una excursión por el río Blanco en botes de bambú.

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Si lo que se busca es más emoción, es imprescindible llegar hasta Dolphin Cove donde es posible nadar con delfines, una experiencia indescriptible.

Winnifred Beach

Más al este, solo a kilómetro y medio del lugar en el que Tom Cruise hacía malabares con botellas en “Cocktail”, Winnifred Beach es una de las playas más atractivas de toda Jamaica. Ubicada en la comunidad de Fairy Hill, es hogar de un arrecife no sólo cercano a la costa sino también perfecto para bucear, gracias a sus claras y azules aguas populares entre los locales. Un camino largo y sin pavimentar conduce a la amplia playa de arena blanca que se extiende a lo largo de una bahía protegida. Grandes grupos de árboles y vides actúan como telón de fondo del agua que llena el primer plano. En la base de la colina, los árboles proyectan largas sombras sobre la tierra, donde vendedores de alimentos y bebidas preparan platos de pescado fresco.

Treasure Beach

     Sin grandes hoteles ni resorts (eso es lo que a nosotros más nos gusta) esta zona está dotada de una extensa gama de casas de huéspedes, alojamientos rurales y pequeñitos hoteles acordes con el entorno verde y virgen de la zona.

     Treasure Beach, es una playa infinita de arena coloreada por el coral, cuevas privadas y orillas escarpadas. Visitar alguna de las principales bahías del lugar Billy, Calabash, Great o Frenchman, es de obligada tarea. Al este de Treasure Beach se encuentra Lover’s Leap, un barranco de unos 500 metros sobre el mar que toma el nombre, dice la leyenda, de dos esclavos enamorados que prefirieron saltar desde aquí a su muerte antes que vivir separados. En el sur se encuentra, también, Lime Cay, un escondite ideal para disfrutar en silencio, lo más parecido al paraíso que uno puede encontrar. Uno de esos secretos que se mencionan en voz baja por miedo a que desaparezcan.

Bluefields

      A pesar de su intrigante y complicada historia pirata, Bluefields, en el suroeste, se asocia hoy con la prístina e inmensa playa de su área, situada frente a unas impresionantes colinas verdes. El lugar es muy popular entre los locales durante los fines de semana y fiestas nacionales. El parque de la zona entonces se ve rodeado de sonidos y olores provenientes de las excursiones familiares, mientras el reggae suena de fondo.

El hogar del “ALL RIGHT” es todo un «MUST» que te está esperando.

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Más información: www.visitjamaica.com/es

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