Mandarin Oriental Dhara Dhevi

Chiang Mai, Tailandia

Al norte del “país de las sonrisas”, y en una mezcla de estilos arquitectónicos que influenciaron a la cultura Lhanna, el hotel Mandarin Oriental Dhara Dhevi recrea una tradicional villa con sus propios huertos y campos de arroz, que no deja indiferente a nadie.

Restaurantes, suites, salas de eventos, zonas de esparcimiento y ocio se distribuyen a lo largo de un complejo arquitectónico compuesto por palacios, templos y mansiones coloniales que reviven la grandiosidad de una cultura que habitara hace miles de años las confluencias de las actuales fronteras de Myanmar, China, norte de Tailandia y sur de Laos.

Los huéspedes pueden elegir entre villas de estilo Lhanna o de corte colonial decoradas en todos los casos con magníficas piezas antiguas o de fina artesanía oriental; son varias las que tienen su propia piscina y un jacuzzi al aire libre.

El antiguo palacio birmano de madera de teca Mandalay Palace, es la sede de uno de los más afamados spas de Asia donde los tratamientos holísticos están a cargo de profesionales en cuestiones medicinales ayurvédicas, yoga, teorías de prayama y ejercicios especiales.

La oferta de restauración es amplia y entre ella destacan Farang Ses, uno de los mejores restaurantes franceses de Tailandia y Fujian, que en el interior de una mansión de Shanghai de los años 30, sirve especialidades chinas. Además, Le Gran Lanna especializado en comida típica, y Akaligo, en donde cada mañana se sirven los desayunos con una vista excepcional sobre los jardines del hotel. Para una copa, el Dhara Dhevi ofrece el más agradable ambiente chill out en el Horn Bar.

Los mejores exponentes de la artesanía tailandesa confluyen en la villa de artesanos. Bicicletas y calesas tiradas por caballos están a disposición de los huéspedes para hacer un recorrido por las instalaciones.

El Mandarin Oriental Dhara Dhevi, incluido en diversas listas de los mejores hoteles del mundo, representa, sin duda, el más refinado concepto de “lujo asiático”.

Recomendamos la experiencia de acudir al arado de los bueyes y realizar la siembra del arroz en sus imponentes arrozales; el hotel dota a sus huéspedes de trajes especiales y botas de neopreno para que puedan caminar sin problema alguno entre los campos de este cereal.