Ubicado a la entrada de la Medina de la capital imperial marroquí, este riad es un claro exponente de la exquisitez artesanal de Fez. La restauración de las dos casas que lo componen es el resultado puro y finísimo de los trabajos realizados por los mejores artesanos de una ciudad que mantiene su sello original desde hace más de 1200 años.
Sus seis habitaciones conjugan con esmero la comodidad de los tiempos que corren con la delicadeza y sabiduría de la nobleza árabe, el refinamiento andaluz, y la tenacidad bereber. Muebles antiguos y “vintage”, mosaicos de las Mil y Una Noches, televisión satelital, conexión gratuita a internet, caja fuerte y minibar están presentes en todas sus habitaciones. Sin duda alguna, la más imponente es la llamada “Habiba” que con su enorme techo de madera pintada, sus 35 metros cuadrados y su exquisita decoración, consigue evocar el más romántico pasado, todo un viaje para los sentidos.
La piscina, en uno de los patios centrales, recuerda la importancia que tiene el agua en el mundo árabe, y otorga grandes y frescos momentos al visitante. El restaurante sirve especialidades marroquíes realizadas con delicadeza y servidas con acierto.
El sello de oro lo pone su spa, con su hamman, un componente decisivo en el acercamiento a una cultura milenaria que aún está viva en este rincón de fantasía oriental.