Un queso, un pueblo

Sencillamente de cuento. Así es Gruyères uno de los pueblos más bellos de Suiza, el que además de contar con una arquitectura de fábula, su propio castillo y un queso mundialmente conocido, alberga un recinto lleno de monstruos…

Panorámica del pueblo de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes
Panorámica del pueblo de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes

He realizado hace poco un recorrido por la región de Friburgo en Suiza y me encuentro en una dicotomía: no sé qué me ha gustado más, si el queso de la leche de sus vacas o el pueblo que le da nombre al mismo.

Yo no conocía Gruyères pero sí creía conocer el Gruyère. Y no, no conocía ni lo uno ni lo otro.

Intuyo que muchos de quienes me están leyendo creen (al igual que yo lo hacía antes de fisgonear por estos terruños prealpinos) que el Gruyére es ese queso con agujeros por el que los ratones de las pelis animadas se cortan las venas, juguetean por entre sus huecos y se ponen morados.

Pues va a ser que no.

El Gruyère no tiene agujeros, no, es liso. ¿Decepcionados? Tranquilos, no hay de qué preocuparse pues el original está incluso mejor que “el de siempre”, aquel que mal nombrábamos y llamábamos Gruyère. Esos son imitaciones, como las de los chinos, malas.

Le Gruyére AOC- Copyright Quesos de Suiza
Le Gruyére AOC- Copyright Quesos de Suiza

Copiados hasta la saciedad en todo el mundo, y sin más defensa que su calidad, los productores de leche, los queseros y los maduradores empezaron a luchar desde finales del s.XIX para que se reconociera únicamente como Gruyère el queso producido en esta parte de la Suiza pre-alpina. En 2001 el Ministerio de Agricultura le confirió el certificado de AOC –Denominación de Origen- delimitando con él la zona de producción. Sólo se puede denominar Gruyère al que en ella se produce, ese es el de verdad…

Aquí las vacas (que no son lilas como las del anuncio de Milka) se alimentan de pastos frescos en verano y de heno y de pastos de segundo corte durante el invierno; cuestión innegable para otorgar la excelente calidad del queso de mayor consumo en el país helvético.

Vaca de los prados suizos. Copyright Quesos de Suiza
Vaca de los prados suizos. Copyright Quesos de Suiza

Pero si el queso es una delicia, el pueblo de Gruyères no lo es menos. Figura, como corresponde, en el listado de los pueblos con mayor encanto de Suiza. Y es que Gruyères es de cuento… Pequeño, medieval, de calles empedradas y con el tráfico prohibido a los coches; con una arquitectura coqueta con ventanas cuyos postigos de madera tienen corazones calados y balcones engalanados de flores.

Fuente de la Plaza de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.
Fuente de la Plaza de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.
Ventana de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.
Ventana de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.

Como ordena el guión en estos escenarios dignos de fábulas, el castillo, no puede faltar. Uno de los más visitados del país, es precisamente el de Gruyères probablemente por los ocho siglos de historia que en él habitan. Ha sido residencia de varios condes y ha pasado por no pocos propietarios. Su espectáculo multimedia es digno de ver para comprender los pormenores de su trayectoria.

Castillo de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.
Castillo de Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.
Cuadro "Le Songe de Gruérius le Vert" (1992) de José Roosevelt expuesto en el interior del Castillo de Gruyères. Copyright Hernando Reyes.
Cuadro «Le Songe de Gruérius le Vert» (1992) de José Roosevelt expuesto en el interior del Castillo de Gruyères. Copyright Hernando Reyes.

Para que un cuento tenga éxito necesita del personaje malvado, del monstruo o del villano. En Gruyères ese papel le corresponde a Alien, ese pavoroso bicho al que la película de Ridley Scott otorgara el título de “octavo pasajero”, la pesadilla de las pesadillas de Segourney Weaver. Su creador, el artista plástico HR Giger se hizo con el Castillo de Saint-Germain para abrir su propio museo –al que ahora ha añadido el bar de enfrente- y exponer en él gran parte de su obra: creaciones biomecánicas, mobiliario, pinturas, esculturas y su obra maestra: Alien.

Alien. Museo HG Giger, Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.
Alien. Museo HG Giger, Gruyères, Suiza. Copyright Hernando Reyes.

Como no puedo decidirme entre el queso y el pueblo, creo que me pondré una peli. Sí, esa misma….

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