Con las festividades de navidad al caer, Francisco Hurtado de Amézaga, el Director General Técnico y de Producción de las bodegas «Marqués de Riscal» nos facilita los 10 consejos básicos para que las celebraciones de esta época sean todo un éxito.
Texto y fotos: Redacción ALTUM
La primera bodega de Rioja en elaborar vinos según los métodos de Burdeos fue Marqués de Riscal en 1858 y, más de un siglo después, fue el motor que impulsara la Denominación de Origen Rueda donde se elaboran sus afanados vinos blancos. En el 2006, inauguró la Ciudad del Vino, con un edificio diseñado por el arquitecto Frank O. Gehry, probablemente la obra más vanguardista realizada hasta la fecha por una bodega española.
Francisco Hurtado de Amézaga, el Director Técnico de la bodega, es la quinta generación de los herederos del Marqués de Riscal. Con más de 100.000 visitas al año, su centro de enoturismo es, sin duda, uno de los principales impulsores de la actividad en la región.
Según él, estos son los 10 consejos básicos a tener en cuenta durante estas fiestas con respecto al vino, su elección y disfrute:
La elección
A la hora de seleccionar un vino es muy importante tener en cuenta la intensidad aromática respecto al plato que acompaña. Los vinos deben coincidir en esta intensidad tanto a nivel aromático como por contraste.
Valentía
La idea tradicional de maridar el pescado con vino blanco y la carne con tinto ha pasado a la historia. La potencia aromática y de sabores que tenga un plato, requerirá un vino equivalente. Hay pescados que piden un tinto ligero, o carnes blancas que maridan con blancos en crianza. Es cuestión de echarle valor y cabeza.
Sin prejuicios
No debemos olvidar que a día de hoy tenemos un abanico de rosados gastronómicos y que maridan a la perfección con casi todo, pese a su acostumbrada mala prensa. Lo recomendable es servirlos siempre rondando los 12ºC de temperatura.
El orden
Es buena idea comenzar con Jerez o espumosos el aperitivo, pudiendo estos últimos servirse durante toda la cena. Continúa con los rosados, los blancos y, posteriormente, los tintos. Siempre de más joven a más viejo. El orden de los factores sí que puede influir en el resultado final.
Paciencia
Si dispones de tiempo y es adecuado para el vino, se abre la botella con algo de antelación.
Temperatura
El hielo solo no enfría, para mantener las temperaturas es necesario añadir agua en la cubitera y que esta abrace toda la botella. Para que el vino alcance su máximo esplendor, debe estar a la temperatura adecuada. Siempre hay que seguir la recomendación que el elaborador deja indicado en la etiqueta. En general, la franja térmica comienza en los 8 o 9 grados de un blanco con poco cuerpo, que va aumentando con este último, hasta alcanzar los 13-14ºC. El tinto, con temperaturas de consumo algo más elevadas, ha de servirse fresco para que vaya entonándose en la copa.
El misterio de la copa
Utilizaremos una copa adecuada para cada vino, siendo más pequeña la de blanco. En el caso de los tintos, lo ideal es tener dos tipos: borgoña y burdeos. Es más importante la calidad del vidrio que el tamaño de la copa: ha de ser bueno y fino para que el vino no encuentre obstáculos hasta nuestro paladar. Importante: secar siempre con paños de algodón, nunca con papel. Evitaremos encontrar rastros desagradables.
Conservación
Si nos queda una botella a medias, lo mejor es poner un tapón que haga el vacío y guardarlo en la nevera tumbado. Aunque la mejor opción siempre es terminar el vino.
Montaje
Una botella en formato mágnum ayudará a la buena conservación del vino ya que la cantidad de oxígeno por botella es menor, además de poseer mayor inercia térmica o por contraste. Por otra parte, la puesta en escena de la mesa con un mágnum siempre es señal de éxito.
Y ante la duda…
Asesorarse por un experto es lo más acertado para no equivocarse. Para elegir el vino apropiado para cada plato, siempre cuatro ojos ven mejor que dos.
Más información: www.marquesderiscal.com
Muchas gracias por vuestros concejos, los llevaré a mi vino.